MSc. Eduardo López Herrera 
Docente FAREM Estelí

En el año 1981, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) otorgó a Nicaragua la medalla Nadezhda Krúpskaya, en reconocimiento a la más grande epopeya educativa de nuestro país, como fue la Gran Cruzada Nacional de Alfabetización “Héroes y Mártires por la Liberación de Nicaragua”. Esta gesta, realizada 1980, contó con el aporte consciente y revolucionario de más de cien mil jóvenes brigadistas, quienes, con el respaldo de sus maestros, redujeron los niveles de analfabetismo de 52% a 12.9 %. En ese entonces, la población nicaragüense era de un poco más de tres millones de habitantes.

La Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional, que asumió el poder en 1979, como producto del triunfo revolucionario que derrocó al oprobioso régimen somocista, respondiendo a la restitución de derechos del pueblo, incluyó en su programa de gobierno la erradicación del analfabetismo, como una de sus metas prioritarias en el sector de la educación. Así lo asumió:

Se iniciará una Cruzada Nacional de Alfabetización que movilice todos los recursos del país para lograr la total erradicación del analfabetismo”. Además, el Estatuto Fundamental Sobre Derechos y Garantías de los Nicaragüenses, promulgado el 21 de agosto de 1979, declaró de interés social la alfabetización y señaló que “es responsabilidad de todos los nicaragüenses”.

La Cruzada Nacional de Alfabetización fue una gran aula abierta, que asesorada metodológicamente por el maestro de la educación popular Paulo Freire, implicó ricos aprendizajes de alfabetizadores y alfabetizandos. Se partía del contexto, porque todos estábamos descubriendo Nicaragua, conociendo in situ la realidad de tantos años de dominación y de atraso estructural. De ahí que no fue casual el reto de reducir al máximo ese 52% de analfabetismo. Al respecto, el Dr. Juan Bautista Arríen, representante de la UNESCO en nuestro país para esa época señalaba:

Todo mundo ha catalogado la Cruzada Nacional de Alfabetización como la epopeya cultural más determinante en la historia de Nicaragua y, efectivamente, no deja de ser esta afirmación que pareciera tal vez un poco exagerada, pero cuando analizamos las circunstancias, los componentes, los pormenores, realmente uno tiene que rendirse ante la evidencia de que se llevó a cabo una verdadera insurrección, una verdadera revolución cultural. (La voz del sandinismo, 2010)

Las implicaciones que tuvo la Cruzada Nacional son invaluables. Sin temor a equivocarme, puedo decir que esta epopeya fue el primer gran programa social de la revolución y la base para diferentes programas y proyectos en el campo de la salud, la educación, reforma agraria, medioambiente, programas agrícolas y ganaderos, entre otros. El hecho de alfabetizar a más de 400 mil nicaragüenses significó estar preparados para su inserción a los programas y proyectos antes mencionados, por lo tanto, las implicaciones socioeconómicas fueron muy visibles. Esta rica experiencia de educación popular también fue una sólida base de sustentación de la Consulta Nacional de Educación del año de 1981, cuyo resultado fue: “El Plan Nacional de Desarrollo Integral de la Educación”, sus fines y objetivos.

La cruzada no solo estrechó la relación campo-ciudad desde el punto de vista de la confraternidad, de la toma de conciencia por los más desposeídos, del vínculo permanente de las familias hasta el día de hoy, sino que, también fue una riquísima y valiosa escuela de recuperación del patrimonio nacional realizada por los alfabetizadores (maestros y estudiantes) en muchos campos como el antropológico, arqueológico, cultural, ambiental y productivo; que vino a fortalecer tanto a la educación como al proyecto de nación impulsado por la revolución.

Y nuevamente la UNESCO, en el año 2007, otorgó otra distinción a nuestro país, al incluir el archivo de la Cruzada en el programa “Memoria del Mundo”, reconociendo nuevamente su histórico valor. Así, Nicaragua tiene el mérito de ser el primer nominado e inscrito de Centroamérica en el registro internacional. Hoy en día, la página digital La Voz del Sandinismo, hace relación a esta distinción con el título Nicaragua orgullosa por reconocimiento de la UNESCO, y retomando una nota de prensa de la Agencia China Xinhua indica lo siguiente:

Los archivos de la Cruzada Nacional de Alfabetización de Nicaragua se inscribieron en la Memoria del Mundo durante la reunión del Comité Consultivo Internacional de la UNESCO, efectuada en Lijiang, China, del 13 al 16 de junio, dijo la agencia Xinhua. (La voz del sandinismo, 2007)

Hay que destacar que, en esta memoria, entre otras distinciones, se encuentran las siguientes: archivos de música colonial americana de los siglos XVI y XVII, la declaración de los derechos humanos, archivos sobre el tráfico de esclavos, manuscritos de José Martí, el archivo de Simón Bolívar; en fin, valiosas colecciones documentales a la que se agregó la de la Cruzada, que ya es parte de ese patrimonio histórico documental de mayor relevancia para los pueblos del planeta.

A 39 años de esa histórica jornada, los aprendizajes de la Cruzada ahí están, son imperecederos, siguen siendo la fuerza y el espíritu para que, en este nuevo contexto, las presentes y futuras generaciones de maestros y estudiantes de los subsistemas de educación de nuestro país asuman el compromiso de elevar la calidad de la educación en función del desarrollo humano e integral de la nación. De esa manera, estamos honrando la memoria de quienes murieron por la liberación de Nicaragua.