MSc. Eduardo López Herrera
Docente de FAREM-Estelí

Los primeros pasos del niño en la escuela, son determinantes para su ulterior desarrollo en los siguientes subsistemas de educación, por eso, la educación inicial es un compromiso serio, sobre todo de los padres de familia, quienes deben de estar empoderados del valor de esta formación para sus hijos. La integración de los niños al ambiente escolar en los primeros años, les facilita, por su relación con otros niños, sumado a las metodologías que permiten los primeros aprendizajes, interactuar socialmente e ir estableciendo vivencias significativas, habilidades cognitivas y sociales  para la forja de su ser presente y futuro.

Tenemos que ver en perspectiva la educación inicial, con visión de futuro, porque en su momento,  la formación integral de los niños,  repercutirá  en la economía y en el progreso general de la sociedad, sobre todo en este nuevo siglo, en que el aprendizaje permanente es un eje fundamental de los nuevos paradigmas educativos y este, solo será sostenible en la medida que las bases de la educación a temprana edad, se construyan con solidez. Al respecto,  Heckman, J. (2015), premio nobel de economía y un apasionado en el tema de la niñez, nos dice: “Las inversiones que se realizan en favor de la salud, nutrición y desarrollo de los niños en sus primeros cinco años de vida, son las que generan el mayor retorno y propician un mejor desarrollo económico de la sociedad a la que pertenecen”.

No podemos dejar de señalar, que los aprendizajes del niño en los primeros años son determinantes para su desarrollo futuro. El experto en neurociencia, el  francés Stanislas D. (2019), indica que ““los niños desarrollan capacidades para expresarse en su vida desde el momento mismo en que nacen, en todo momento aprenden al experimentar,” agrega que: “Los cerebros de los niños pequeños son las ‘computadoras’ más maravillosas e inteligentes que existen, no hay inteligencia artificial y/o algoritmos que puedan aprender de la forma en que los más pequeños lo hacen

Por lo tanto, la relación Padres de familia, escuela y entorno, debe ser un círculo virtuoso, donde impere la creatividad, la empatía, y el cariño hacia  los más pequeños, para que sus aprendizajes curriculares o extracurriculares, estén en dependencia de las capacidades innatas que poseen. En ese sentido, Robinson,  K.  (2016) señala: “Los niños tienen una extraordinaria capacidad de innovar; tienen enormes talentos que los adultos desperdiciamos de manera implacable”; además manifiesta: “Los sistemas educativos estigmatizan el error y el resultado es que para cuando llegan a adultos, los niños han perdido la capacidad de ser creativos. Han adquirido el miedo a equivocarse”.

La educación inicial conducida en nuestro país por el MINED (Ministerio de Educación),  y con el respaldo indiscutible del Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional, está encaminada a potenciar en el niño su desarrollo integral y armónico, lo que le permitirá alcanzar habilidades, hábitos, valores, autonomía, creatividad y actitudes necesarias para su vida personal y social, interactuando  el contexto familiar y comunitario. Actualmente, se atienden en los diferentes centros educativos de Nicaragua,   un total de 279,525 niños en las diferentes modalidades.

La Universidad, a partir de la facultad de Ciencias de la Educación y desde las Facultades Multidisciplinarias, ofrecen la carrera de Pedagogía con mención en Educación Infantil, por lo tanto, su aporte es  invaluable al  egresar profesionales de calidad, para una fase fundamental  de la educación, tan importante para el desarrollo humano y para el progreso local y nacional.

No obstante,  es necesario que desde las Facultades se desarrolle un plan especial de formación a los maestros comunitarios de formación inicial, quienes son apóstoles y con mucha vocación en los primeros pasos educativos de carácter sistemático de los infantes. Por ende, lograr este propósito implicará un salto cualitativo en los aprendizajes de los ocho mil quinientos maestros comunitarios, que con el complemento de formación que les proporciona el MINED, tendría en el mediano y largo plazo, efectos sustanciales en el desarrollo socio económico y cultural del campo y la ciudad, sobre todo en el sector  rural, donde miles de niños, crecerían con bases sólidas de aprendizaje.

En este sentido, la FAREM – Estelí, en coordinación con  la Asociación de Promotores de Cultura (APC),  está desarrollando una interesante iniciativa con maestros comunitarios en el departamento de Madriz, encaminada a mejorar la capacidad profesional y las condiciones laborales de los docentes de educación inicial del Departamento antes señalado. Esta iniciativa, que también tiene el objetivo de formarlos como técnicos superiores, es un paso cualitativo de enorme significado, visto desde la perspectiva del salto de calidad que tiene que dar la educación inicial en nuestro país.

En este siglo XXI, la riqueza de un país estará fundamentada en primer lugar, en su capital humano, por lo que, garantizar ese capital humano desde la infancia implica sentar las bases de la prosperidad futura.  

Bibliografía

Expoknews  (2015). Apoyar a la niñez  es la mejor inversión, recuperado de https://www.expoknews.com/apoyar-a-la-ninez-es-la-mejor-inversion-james-heckman-premio-nobel/

Infobae (2016). Los cerebros de los bebes son las “computadoras”  más inteligentes que existen, según uno de los expertos en neurociencia, Recuperado de:  https://www.infobae.com/salud/ciencia/2019/11/22/los-cerebros-de-los-bebes-son-las-computadoras-mas-inteligentes-que-existen-segun-uno-de-los-mayores-expertos-en-neurociencia/

Unoi  (2016). La creatividad en los niños, la visón de Ken Robinson, recuperado de:  https://mx.unoi.com/2016/10/05/la-creatividad-en-los-ninos-la-vision-de-ken-robinson/