Disfruto cada momento con mis estudiantes.

La maestra Gregoria Casco Casco, cariñosamente conocida como Goyita, es una docente de vocación y convicción. Desde muy temprana edad se inspiró en ser profesora, pues le gustaba ayudar a sus compañeros de clase cuando presentaban dificultades en el aprendizaje o le consultaban sobre temas que parecían complejos. Al finalizar su formación primaria en la Escuela Bertha Briones, de la ciudad de Estelí, acompañada por su padre, se matriculó en la Escuela Normal, donde recibió una educación integral. De esa etapa, recuerda que además de las clases asistían a talleres de música, pintura, cocina, costura y huerto escolar.

Siempre tuvo especial inspiración por el área de Español. Llegó a ser monitora y participó en círculos de estudio en compañía de sus docentes. En los deportes, destacó en softbol y en atletismo, logrando medalla de oro en esta última disciplina. Al superar todas las exigencias académicas y de formación personal de la Escuela Normal, culminó exitosamente sus estudios y obtuvo el título Maestra de Educación Primaria.

Sus inicios en la docencia fueron en 1984, desde entonces han transcurrido 42 años, en los que ha ido escalando de la primaria multigrado, primaria regular, secundaria regular y por encuentro, hasta llegar a la educación superior, en la que se desempeñó inicialmente como docente de contratación horaria, luego fue contratada como docente de tiempo completo y ya en la etapa de jubilación continúa voluntariamente ejerciendo esta noble profesión con la voluntad de aportar a la formación de profesionales.

«Me siento muy orgullosa de mi profesión, porque me permitió despertar el servicio de compartir el pan de la enseñanza con los demás, principalmente con la niñez. Inicié en las escuelas del campo como maestra de Multigrado, donde el trabajo era reconocido tanto por los niños como los padres de familia y poco a poco fui trasladada para laborar en centros educativos de la ciudad».

Su salto a la educación secundaria fue rápido, pues a pesar de que era maestra de primaria, debido a su excelente desempeño se le brindó la oportunidad de laborar en la Escuela Normal de Estelí. Lo aceptó con expectativa, por la responsabilidad de atender a estudiantes que ingresaban con sexto grado aprobado, así como a maestros empíricos que estudiaban por encuentro para profesionalizarse. Este reto lo asumió con mucha dedicación, auto preparación y deseo de superación. Al poco tiempo, le asignaron la responsabilidad de capacitar a docentes de Estelí, Nueva Segovia y Madriz.

Su familia y compañeros de trabajo la motivaron para profesionalizarse en el Centro Universitario Regional de Estelí de la UNAN-Managua, una etapa de formación académica de la que atesora valiosos aprendizajes en lo profesional, humanístico, y científico-técnico que obtuvo de grandes maestros, aunado al ambiente de solidaridad en el grupo clase.

Cuando cursaba cuarto año de la carrera, fue nombrada alumna ayudante. En 1996, al obtener la Licenciatura en Español, fue contratada como docente. En el claustro de profesores del Departamento de Ciencias de la Educación y Humanidades, donde además de la docencia, asume la coordinación de la carrera Lengua y Literatura Hispánicas, hasta 2023. Luego de jubilarse, en 2024 continúa compartiendo aprendizajes con sus estudiantes, con una vocación de entrega y servicio.

Fue beneficiada con una beca para estudiar la maestría en Didácticas Específicas, facilitada en el CUR-Estelí por docentes de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Con su amplia experiencia en docencia, su formación posgraduada reafirmó su compromiso, responsabilidad, empatía, honestidad, ética profesional; valores que ha compartido en su paso por las aulas universitarias mediante la implementación de prácticas pedagógicas y metodologías motivadoras para la comunidad universitaria.

«Considero que ser maestra es una vida de éxito, amor, vocación y pasión de servir a los demás. En mi caso, he visto a mis estudiantes no solo como educadora, sino como una madre, amiga y consejera». Sin duda, la maestra Goyita ha dejado huellas en sus estudiantes y compañeros de labores, al compartirles valores, la importancia del desarrollo y fortalecimiento de habilidades y la puesta en práctica de hábitos para el logro de las metas propuestas.